27 junio 2013

A Mar赤a le pareci車 que el mundo se ven赤a abajo cuando la enfermera de la cl赤nica le dijo que estaba embarazada y que era seropositiva. Ella no hab赤a sido infiel, de modo que aquello significaba que Jos谷, su esposo, le hab赤a transmitido el virus. Sinti車 una oleada de temor cuando record車 el trato que hab赤an recibido otras personas de la aldea cuyos ex芍menes hab赤an dado por resultado que eran seropositivas.

Se sinti車 furiosa con Jos谷, no solo por haberla infectado con el VIH, sino adem芍s porque la empresa de camiones para la que trabajaba lo despedir赤a cuando conociera su estado. Ella tambi谷n perder赤a su empleo en la zona de procesamiento para la exportaci車n de la f芍brica, porque estar embarazada o ser seropositiva era suficiente para que la despidieran; en esa zona no se aplicaban las leyes laborales. Los empleadores sab赤an que era ilegal despedir a trabajadores porque tuvieran el VIH, pero apenas se velaba por el cumplimiento de la ley y siempre encontraban alguna manera de hacerlo sin sufrir consecuencias. No parec赤a muy lejano el d赤a en que Jos谷 coment車 que su sindicato estaba tratando de poner en marcha un programa de prevenci車n del VIH, pero que le resultaba dif赤cil por falta de fondos.

La historia de Jos谷 y Mar赤a se repite una y otra vez en el mundo entero, y en algunos sentidos resume la prioridades fundamentales de la respuesta de las organizaciones sindicales al VIH/SIDA en el puesto de trabajo: en primer lugar, ilustra la manera en que pueden violarse los derechos de los trabajadores, y para el caso, los de cualquier persona, debido simplemente a su condici車n respecto del VIH; en segundo lugar, pone de relieve la necesidad de ampliar los programas de prevenci車n del VIH, especialmente en el lugar de trabajo; y en tercer lugar, su mensaje constituye un llamado a la acci車n para detener tragedias similares y, sin embargo, enteramente evitables.

En junio de 2011, cuando los l赤deres mundiales acudan a Nueva York para participar en la Reuni車n de alto nivel sobre el SIDA de la Asamblea General, habr芍n transcurrido diez a?os desde la aprobaci車n de la Declaraci車n de compromiso en la lucha contra el VIH/SIDA de 2001. Hace cinco a?os el mundo se comprometi車 a lograr el acceso universal a los programas de prevenci車n del VIH y los servicios de tratamiento, atenci車n y apoyo para 2010, pero no ha cumplido ese objetivo. Si los l赤deres mundiales reactivan su compromiso de liderazgo y demuestran voluntad pol赤tica para hacer realidad las palabras de la Declaraci車n, tambi谷n reafirmar芍n que existe esperanza para otros compromisos similares de alcance mundial. La Reuni車n de alto nivel de junio ser芍 un momento decisivo, no solo para la respuesta al SIDA, sino tambi谷n para la credibilidad de los compromisos mundiales en general.

Por su parte, hasta que los derechos humanos de las personas que viven con el VIH se respeten y el acceso a los programas de prevenci車n del VIH y los servicios de tratamiento, atenci車n y apoyo sea universal, la Organizaci車n Internacional del Trabajo (OIT) tomar芍 medidas pr芍cticas para proteger las vidas de las personas que trabajan y abogar芍 en谷rgicamente por la voluntad pol赤tica sostenida y los recursos que se necesitan para derrotar al VIH.

Es inaceptable que despu谷s de 30 a?os de lucha por una respuesta al SIDA, las violaciones de los derechos humanos de las personas que viven con el VIH sigan siendo un elemento persistente de esa epidemia. Las investigaciones realizadas para el Indicador de estigmatizaci車n de las personas que viven con el VIH, una iniciativa de asociaci車n que incluye al ONUSIDA y a prominentes organizaciones no gubernamentales, confirman que las personas de todas las regiones que viven con el VIH experimentan un elevado 赤ndice de p谷rdida del empleo y, por consiguiente, p谷rdida del ingreso y del acceso necesario para encontrar empleo a causa de su condici車n de seropositivas. Fuera del lugar de trabajo, los efectos perniciosos del estigma y la discriminaci車n asociados al VIH constituyen claros impedimentos para casi todas las dem芍s dimensiones de la respuesta al SIDA.

Los programas de remisi車n a servicios de prevenci車n y tratamiento del VIH relacionados con el lugar de trabajo siguen siendo escasos y muy espaciados, aunque el 90% de las personas que viven con el VIH est芍n en edad de trabajar. A pesar de su eficacia en funci車n del costo, los programas de prevenci車n carecen de recursos adecuados y en demasiados casos existen barreras pol赤ticas y jur赤dicas que se oponen al establecimiento de programas eficaces para contrarrestar los riesgos del VIH. No siempre fue as赤, pero hoy d赤a la mayor tragedia es que todos los sufrimientos que provoca el VIH/SIDA son evitables.

Los representantes de los trabajadores reconocieron hace a?os que para proteger y ampliar los derechos de los trabajadores es preciso que los sindicatos se esfuercen por revertir una amplia gama de condiciones sociales, entre ellas los mismos agentes socioecon車micos que impulsan la epidemia del SIDA: la pobreza, la desigualdad entre los g谷neros, el desempleo, el estigma, la discriminaci車n, la falta de protecci車n social y las pol赤ticas de educaci車n inadecuadas. Tambi谷n consideran que estos mismos obst芍culos impiden avanzar en el logro de muchas prioridades que comparten con las Naciones Unidas, incluidos los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el programa sobre el trabajo decente, la seguridad alimentaria, el derecho a una atenci車n de la salud asequible, el cambio clim芍tico y, desde luego, el acceso universal a los programas de prevenci車n del VIH y a los servicios de tratamiento, atenci車n y apoyo. Es por ello que la respuesta de los sindicatos al VIH/SIDA est芍 estrechamente relacionada con su labor general en pro de la justicia social y econ車mica. Es tambi谷n por ello que procuran establecer v赤nculos entre estas cuestiones para crear alianzas que act迆en con un prop車sito com迆n.

Los sindicatos representan a decenas de millones de trabajadores de todas las regiones del orbe que comprenden desde profesionales de la m芍s alta calificaci車n hasta trabajadores migrantes que viven con salarios de subsistencia: se trata de un enorme caudal de recursos humanos que puede aprovecharse. La diversidad de los miembros ayuda a conformar estrategias dirigidas a la transformaci車n de las prioridades mundiales en respuestas a nivel de pa赤s, adaptadas de manera que respondan a las condiciones locales. Las prioridades mundiales que requieren acci車n local incluyen las siguientes:

Asegurar los derechos humanos de las personas que viven con el VIH, en especial de los trabajadores: Los sindicatos ejercer芍n presi車n para que se establezcan planes nacionales destinados a la aplicaci車n de la nueva recomendaci車n de la OIT sobre el VIH y el SIDA y el mundo del trabajo. La aplicaci車n de esta recomendaci車n a nivel nacional coadyuvar芍 en gran medida al establecimiento de un marco jur赤dico favorable para el aumento de los servicios de prevenci車n y tratamiento del VIH y otros servicios esenciales. Reviste especial importancia el llamado que en ella se hace a los pa赤ses para que integren programas relacionados con el lugar de trabajo en sus respuestas nacionales en materia de VIH/SIDA, desarrollo y protecci車n social.

Ampliar la "revoluci車n en la prevenci車n" del VIH para que incluya el lugar de trabajo: Durante m芍s de un decenio, el movimiento laboral ha pedido insistentemente la ampliaci車n de programas de prevenci車n del VIH con base en el lugar de trabajo. Es inaceptable que m芍s de 7.000 personas sean infectadas diariamente por el VIH, de las cuales el 90% est芍n en edad de trabajar. En apoyo a la exhortaci車n a una "revoluci車n en la prevenci車n" formulada por la Comisi車n de Alto Nivel para la Prevenci車n del SIDA, del ONUSIDA, los representantes de los trabajadores podr赤an:

? Promover un aumento gradual de las medidas de prevenci車n y un firme compromiso de liderazgo para sustentarlas.

? Junto con los empleadores, maximizar la utilizaci車n del lugar de trabajo como un entorno de prevenci車n del VIH y las enfermedades conexas.

? Hacerse responsables a s赤 mismos, as赤 como a los dirigentes pol赤ticos y comunitarios y a los grupos no gubernamentales, de apoyar la financiaci車n de las actividades de prevenci車n y la eficaz ejecuci車n de los programas.

? Ampliar la protecci車n de los derechos humanos y esforzarse por lograr que se superen las desigualdades que exacerban la epidemia del SIDA a nivel mundial y local.

Realizar una labor de promoci車n en la que se pongan de relieve los derechos, los recursos y el reconocimiento de la necesidad de crear alianzas sectoriales que persigan un prop車sito com迆n: La movilizaci車n realizada por las organizaciones sindicales fue esencial para lograr la aprobaci車n de la Recomendaci車n. Ahora se dedicar芍n a abogar por la creaci車n de planes de ejecuci車n nacionales y continuar芍n la labor que despliegan desde hace cinco a?os para lograr que los Estados Miembros del G8 mantengan su compromiso de asegurar el acceso universal y proporcionar los recursos necesarios para lograrlo. Estas actividades de promoci車n han creado nuevas alianzas y profundizado las existentes a escala mundial y nacional.

Las organizaciones sindicales nunca han dejado de reconocer que la necesidad de crear coaliciones mundiales y nacionales es fundamental para lograr cambios significativos y sostenibles. De ah赤 la importancia de que las fuerzas empe?adas en eliminar los obst芍culos que frenan el avance en las prioridades clave de las Naciones Unidas, incluida la epidemia del SIDA, trabajen de consuno siempre que sea posible, y en especial a nivel de pa赤s.

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