New York
Naciones Unidas
Mensaje del Secretario General con motivo del D¨ªa Mundial de Lucha contra la Desertificaci¨®n y la Sequ¨ªa
Declaraciones | Ant¨®nio Guterres, Secretario General
Declaraciones | Ant¨®nio Guterres, Secretario General
Las sequ¨ªas son cada vez m¨¢s frecuentes e intensas en todas las regiones.
El bienestar de cientos de millones de personas se ve comprometido por cada vez m¨¢s tormentas de arena, incendios forestales, malas cosechas, desplazamientos y conflictos.
A mediados de siglo, tres cuartas partes de la poblaci¨®n podr¨ªa experimentar sequ¨ªas.
Gran parte de la responsabilidad recae en el cambio clim¨¢tico, pero tambi¨¦n en la forma en que gestionamos nuestras tierras.
La mitad de la poblaci¨®n mundial ya soporta las consecuencias de la degradaci¨®n de la tierra, y las mujeres y las ni?as son las que pagan el precio m¨¢s alto.
Podemos y debemos invertir esta espiral descendente.
Asegurar la productividad de la tierra y los suelos es una forma econ¨®mica y favorable a los pobres de combatir el cambio clim¨¢tico y mejorar los medios de vida y el bienestar de las personas m¨¢s pobres y vulnerables del mundo.
Empoderar a las mujeres como propietarias de tierras es tambi¨¦n decisivo para restaurarlas.
Podemos restaurar las tierras por una fracci¨®n de lo que se gasta actualmente en subsidios perniciosos para el medio ambiente.
Cada d¨®lar invertido en restaurar tierras puede generar 30 veces m¨¢s en beneficios.
En ?frica, la Gran Muralla Verde del Sahel ya ha restaurado millones de hect¨¢reas y ha creado miles de puestos de trabajo, desde Dakar hasta Djibouti.
Sin embargo, queda mucho por hacer.
Cuidar nuestras tierras y su biodiversidad puede ayudarnos a afrontar la crisis clim¨¢tica y a alcanzar todos nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Actuemos ahora para proteger nuestro futuro de la sequ¨ªa.
El bienestar de cientos de millones de personas se ve comprometido por cada vez m¨¢s tormentas de arena, incendios forestales, malas cosechas, desplazamientos y conflictos.
A mediados de siglo, tres cuartas partes de la poblaci¨®n podr¨ªa experimentar sequ¨ªas.
Gran parte de la responsabilidad recae en el cambio clim¨¢tico, pero tambi¨¦n en la forma en que gestionamos nuestras tierras.
La mitad de la poblaci¨®n mundial ya soporta las consecuencias de la degradaci¨®n de la tierra, y las mujeres y las ni?as son las que pagan el precio m¨¢s alto.
Podemos y debemos invertir esta espiral descendente.
Asegurar la productividad de la tierra y los suelos es una forma econ¨®mica y favorable a los pobres de combatir el cambio clim¨¢tico y mejorar los medios de vida y el bienestar de las personas m¨¢s pobres y vulnerables del mundo.
Empoderar a las mujeres como propietarias de tierras es tambi¨¦n decisivo para restaurarlas.
Podemos restaurar las tierras por una fracci¨®n de lo que se gasta actualmente en subsidios perniciosos para el medio ambiente.
Cada d¨®lar invertido en restaurar tierras puede generar 30 veces m¨¢s en beneficios.
En ?frica, la Gran Muralla Verde del Sahel ya ha restaurado millones de hect¨¢reas y ha creado miles de puestos de trabajo, desde Dakar hasta Djibouti.
Sin embargo, queda mucho por hacer.
Cuidar nuestras tierras y su biodiversidad puede ayudarnos a afrontar la crisis clim¨¢tica y a alcanzar todos nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Actuemos ahora para proteger nuestro futuro de la sequ¨ªa.